Hacía 5 años que no caminaba por esas baldosas... la última vez las había cruzado aferrada al cuerpo de Sasha. Sonrió con nostalgia y amargura al mismo tiempo, nada la detendría esta vez... nada impedirle que recuperara lo que era suyo y comenzara de una vez por todas su nueva vida.
La gente que pasaba la observaba... les resultaba conocido su delicado rostro. Ella en cambio deseaba que nadie lograra reconocerla, no deseaba distracciones, tenía un objetivo y
Lo cumpliría. Apuró el paso con impaciencia, cuanto antes se fuera de ese pueblo mejor... sin embargo una imagen se cruzo con su mirada y se vio dominada por el deseo de parar... mirar, tocar, sentir... y seguir caminando.
El rubio con el que se había cruzado era relativamente parecido a su Sasha, pero no era él... siguió caminando y para dejar atrás la nostalgia se dedicó a escuchar el sonido de sus pasos rapidos y precisos... sus pies conocían el camino y se guiaban prácticamente por si solos, no había vacilaciones ni dudas, solo determinación.
Promediaban las 2 de la mañana y la luna estaba opacada por las nubes. Ese maldito lugar le recordaba sus días felices... o tal vez mejor decir "noches felices"... no, ahora era libre pero no feliz, vivía precariamente en la parte trasera a un supermercado, no tenía amigos o seres cercanos, ni seguro social ni identidad. No existía para la sociedad, no existía para nadie, e incluso a veces creía que no tenia sentido ni existir para ella misma... pero había hecho una promesa y aunque no pudiera cumplirla por completo haría todo cuanto estuviera en su poder porque si o si tendría que cumplirla, le costara lo que le costara, sufriera lo que sufriera.
Su pelo largo y negro hasta la cintura ondeó con elegancia contra el viento mientras estos y muchos otros pensamientos cruzaban por su mente... de repente apareció, majestuosa y antigua, ante ella la vieja casona que había pertenecido a los padres de Sasha... las lagrimas rodaron por sus tiernas mejillas al tiempo que intentaba frenarlas con el dorso de la mano... Sin embargo la tristeza se apodero de ella y no pudo reprimir que un agónico sollozo saliera de sus labios, cerró los ojos y una imagen se apodero de su mente y su cuerpo... Sasha la contenía en sus brazos mientras la besaba tiernamente, se encontraban en la pequeña guarida del bosque y afuera el frío la lluvia y el viento arreciaban.
- te amo Sasha - susurró ella contra su oido en un suave gemido
- yo también... jamas te iras de aquí... no te dejaré - susurró él en el silencio de su cálida intimidad
Pero lo había hecho... la dejó, abandonada en mitad del frio y siniestro bosque que alguna vez le había parecido tan cálido. Tenía que basarse en hechos y aceptar la verdad... Sasha no la amaba solo pretendía su cuerpo... y lo tuvo. Ella se lo concedió cuanto pudo porque sus ingenuos sentimientos eran verdaderos y demasiado fuertes para ser expresados con palabras.
Continuó con su recorrido mientras pensaba en otras cosas... otras personas, también pertenecientes a aquel pasado remoto y difuso que había aprendido a desterrar poco a poco de su mente.
Casidy, por ejemplo, una de sus tantas amigas.... ella era simplemente genial y por alguna razón toleraba los abusos que Lucio le producía... nunca se quejaba, hasta parecía contenta de desaparecer por la puerta con el descarado hijo de puta. También estaban Jen y Sari, las gemelas... ambas tenían unos pocos años mas que ella y por el contrario de Casidy no se mostraban tan... resignadas con su propia suerte, habían amenazado incluso con suicidarse cuando el asqueroso Svarko las llamaba desde su estudio... solo pensar en el hacia que un espasmo de ira recorriera su cuerpo. Para su suerte, a ella jamás la habían tocado... ni Svarko ni Lucio. En cambio sus amigas habían sido violadas y abusadas demasiadas veces como para querer recordarlas. No lograba entender la sumisión que algunas de sus amigas sentían... como Casidy o Bruna, incluso Briana: todas algo complacidas con.... (Su nombre le daba repulsión) Lucio.
Solo el recordar que apenas llego Lucio le había parecido... bueno, lindo no era exactamente la palabra pero si bastante sexy... es que, Lucio tenia algo... algo que le llamaba la atención. Era algo como una luz, un ángel propio, un brillo personal que resultaba hasta cierto punto adorable... Aún podía recordar con cierta confusión la primera vez que había hablado con el... hacia ya tantos años:
- hola pequeña! - la saludó con una sonrisa amigable - ¿como estás? ¿te gusta este lugar?
- si - había dicho ella con su vocesita aguda - pero extraño a mi mamá...
Ella, ingenua como era, le había dedicado la mejor de sus sonrisas a ese chico tan simpático...
- ya te acostumbraras acá... hay muchas amigas con las que podes jugar y los fines de semana vamos al pueblo a hacer las compras, podes acompañarnos si queres... - él sonrió mirándola inclinado, era demasiado bajita para él, ni si quiera le llegaba a la cintura.
- ah si... de todas formas no me voy a quedar mucho tiempo porque mis papis van a volver en 2 semanas- mascullo la niña antes de percatarse de algo-¿como te llamas?- pregunto con inocencia.
- - Lucio... pero podes llamarme Lu si queres - sonrió otra vez y su blanca dentadura la dejó encantada, él era mejor que todos los príncipes que pudiera haber en el mundo
- -Lu... bueno, yo soy Valentina- pareció debatirse un momento- pero me podes decir Valen o Val, como quieras...
Otro recuerdo azoto su mente con violencia, con dolor, con amargura...
- Lu...- susurro acercándose a la chimenea en el silencio de la noche, el adolescente leía un libro al lado del fuego y se mostró gratamente sorprendido cuando Val se acerco a el.
- Valen... princesita, es tarde... ¿que haces levantada aún? - él la miró de forma especial, como alegre de que alguien le diera un poco de atención.
- tengo miedo- susurro la niña con la voz quebrada.
- ¿miedo de que? - le preguntó el cerrando su libro y solo dedicando su mirada a la pequeña adorable.
- Es que escucho ruidos raros... que vienen del piso de arriba... ¿Lu? - se aproximó a él y se abrazó a sus piernas - ¿estás bien?
Él la miró con una especie de resignación y se bajó de la silla para sentarse en el suelo y abrazarla para calmarse a si mismo... temblaba.
- Lu... ¿tenes frío? estás temblando... - susurró ella con el pequeño ceño fruncido.
- N-n-n-no - negó el y la separó para mirar su rostro adorable - Val, ve a dormir, yo haré hasta lo imposible para que esos ruidos se apaguen ¿ok?
- no... no quiero...- volvió a abrazarse a Lucio- quedate conmigo- pidió ella mientras sus grandes ojos color chocolate se llenaban de lagrimas- ¿si?
- Valen... - suspiró resignado - ¡está bien! me quedaré... pero si voy contigo despertaremos a todas las demás y sabes que Svarko se enojará mucho si eso pasa ¿cierto?
- entonces... no vengas conmigo- susurro controlando su miedo- llevame contigo.
- ¿Llevarte conmigo? - preguntó él extrañado - que clase de niña eres ¿eh? ¡promiscua! - la acusó con tono jocoso y rió con suavidad.
Valentina frunció el ceño...
- a ver nene, a mi me hablas en castellano ¿ok? - mascullo la niña con superioridad.
Lucio rió divertido, demasiado gracioso le había resultado ese comentario al parecer y esto a Val le había molestado. Lo miró seria y el sonrió más divertido aún.
- ¡guarda con Valen la patotera! - bromeó y le estampó un sonoro beso en su mullida y suave mejilla
- no, no, ahora ni me toques... te reis mío y encima queres que te deje toquetearme, pero salí de acá- exclamo ella alejándose ofendida unos cuantos pasos.
Él la miró alejarse un tanto divertido y la quedó mirando como si estuviera pensando algo... algo que definitivamente no le diría a la nena.
Las lágrimas comenzaron a caer por las mejillas de Valentina mientras cruzaba la calle y antes de que pudiera controlar su subconsciente, este evocó otro recuerdo... mas reciente, tenía 12 y era navidad… No cualquier navidad, La Navidad. Los sentimientos que tenía por Lucio eran incondicionales y se incrementaban con cada día que pasaba.
- te compre algo- susurro la muchacha con cierta inseguridad- Es... un regalo de navidad, para que te acuerdes de mi.
- ¿acordarme de vos? - preguntó él un tanto extrañado - ¿acaso de iré a algún lugar y aún no me he enterado? - bromeó el mirándola con una sonrisa.
- vas a muchos lugares sin mi... es solo para que sepas que- Val tomo aire- vayas adonde vayas... yo siempre te estaré esperando- finalizo con la cara roja como un tomate.
Lucio la miró estupefacto y luego de unos segundos sonrió de una forma no conocida por la chica. Él tomó su delicado rostro de preadolescente entre sus manos y susurró en silencio:
- veni conmigo... - sonrió y retiró sus manos de su rostro para tomar sus manos
Valentina le correspondió la sonrisa y lo siguió sin dudar... trato, sin éxito, no mirarlo pero le era imposible... es que era tan perfecto, tan hermoso, tan... TAN TAN TAN TODO. Él la guió hacia el porche y luego bajaron los 4 escalones que los separaban del suelo terroso del bosque. La llevó hacia la maleza y luego de caminar 2 metros dentro del bosque Lucio se recostó en un árbol de tronco macizo. Ella lo miró un segundo, aún seguían tomados de la mano y parecían cohibidos por la situación. Lucio miró el regalo que ella le había comprado y sonrió lleno de expectativa mientras sus dedos lo desenvolvían.
- ¿Que es Val? – le preguntó mirándola con una sonrisa y luego desanudó la cinta de seda azul que tenía la cajita de color azul petróleo, que la mantenía cerrada.
- abrilo para saberlo – susurró ella con las mejillas ardiéndole encendidas.
- A ver… a ver… - balbuceó en el silencio mientras tiraba de la cinta.
Se quedó callado al ver el redondo relicario, su mano tembló un tanto, pero levantó la vista y miró a Valen como nunca lo había hecho antes.
- Se abre… - le indicó ella señalando con el dedo la pequeña llavecita que estaba en el fondo de la caja.
Él tomó la llavecita y le tendió la cajita a la chica para que se la sostuviera mientras él abría su regalo. Lo miró en silencio por un minuto entero y luego acarició el interior del relicario con cariño.
- Es perfecto – susurró mirando la foto que había en el interior.
En la imagen, Lucio estaba abrazando a Val y esta última la plantaba un beso en la mejilla mientras rodeaba su cuello con sus delicados y elegantes brazos. El rostro del hombre presentaba una perfecta sonrisa de felicidad, que no se equiparaba con ninguna otra que él hubiera puesto jamás.
- ¿Entonces si te gustó Lu? – preguntó ella aproximándose un tanto para ver también la pequeña foto – ah… - se lamentó poniendo mueca molesta – le dije que remarcara el grabado…
- ¿Grabado? ¿qué grabado? - pregunto Lucio mirándola extrañado.
- Hay un mensaje grabado en el interior, de este lado – dijo señalando una de las tapas.
El hombre acercó el regalo a su rostro para ver con más claridad.
- Está demasiado oscuro… - se lamentó – muchas gracias Val… no tenías que haberte molestado…
Lucio la abrazó contra su pecho fornido y ella se quedó media tonta con su tacto. La jovencita hundió su rostro en el pecho de él y aspiró el exquisito olor de su perfume varonil. Se quedaron en silencio unos minutos, abrazados y deseando que ese momento no pasara nunca…
Valentina se detuvo en seco y tomo aire con dificultad, se quitó la cristalina lagrima que resbalaba por su mejilla y obligó a la imagen que dominaba su mente a desaparecer… mientras dejaba que otra muchísima mas relevante en esos momentos se apoderara de todos sus sentidos, miro con fría determinación la edificación que se erguía ante, ella proyectando la mas siniestra de las sombras sobre el bosque: el orfanato. -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
aca les dejamos el primer capi! ojala les guste! esperamos que sigan leyendo y comentando porque escribimos para ustedes :D
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Vaya como pintais al sexo masculino...no me gusta ese orfanato, me da miedito...
ResponderEliminarBuen primer capitulo :D